Sentencia sobre el 11-M (5 al 11 de noviembre de 2007)

Sentencia sobre el 11-M
El mayor juicio por terrorismo de Europa acaba de fallarse en España, donde el 11 de marzo del 2004 trece artefactos explosivos puestos en cuatro trenes repletos de pasajeros dejaron 191 muertos y más de 1.800 heridos. Luego de tres años de instrucción sumarial y cuatro meses y medio de proceso, la Audiencia Nacional determinó que los autores del atentado eran miembros de un grupo radical islamista y que Eta no tuvo nada que ver con él.
El proceso del 11-M, como se lo conoce, despertó enorme expectativa y su sentencia fue seguida por todos los españoles.
No era para menos. El juicio debía arrojar claridad sobre la matanza y fijar penas para los culpables. Pero de ese fin primordial pendían otros dos. El primero, jurídico, sobre la capacidad de la justicia española para llevar a feliz término un proceso que abarcó a 29 acusados, medio centenar de abogados defensores y 350 testigos. El segundo, político, sobre las teorías que achacaban a Eta la participación en la matanza.
El tribunal halló culpables a 21 acusados y absolvió a 8. Las penas más abultadas fueron para un minero español que obtuvo los explosivos (38.962 años de cárcel), y dos islamistas autores materiales del atentado (43.000 años cada uno). Por ley, ninguno pagará más de 40 años, pero la medida de su castigo es la de su atrocidad. Las demás condenas van de 3 a 23 años. Entre los absueltos está Rabel Osman el Sayed, alias el ‘Egipcio’, para quien la Fiscalía solicitaba 38.952 años de cárcel. Sayed está preso en Italia por terrorismo. Los magistrados no encontraron pruebas fehacientes de su vinculación al atentado, y no podían juzgarlo de nuevo por el delito que lo tiene entre rejas.
La sentencia, en general, ha sido bien recibida. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero la consideró un triunfo de la Justicia. También, los medios que apoyan al Gobierno e, incluso, algunos opuestos a él, como el diario La Razón. Pero sectores de derecha que defendían otras hipótesis dicen que falta investigar más. El Mundo, vocero de esos sectores, tituló: ‘Absueltos ‘cerebros’ del atentado’. Familiares de las víctimas querían penas más elevadas para los delincuentes. El punto más conflictivo del fallo es el no señalamiento de autores intelectuales. Gran parte de la posibilidad de hallarlos se pulverizó cuando miembros de la célula ‘yihadista’, entre ellos su líder, Jamal Ahmidan (el ‘Chino’), se suicidaron con explosivos el 3 de abril del 2004 al verse rodeados por la Policía.
Anhelaban muchos que el fallo pusiera fin a la honda división partidista en torno al atentado. Pero en una España polarizada políticamente, no es fácil tender puentes. Cuando aquel ocurrió, el Partido Popular (PP), entonces gobernante, lo atribuyó de inmediato a Eta, y siguió haciéndolo pese a que pronto fue claro que se trataba de una retaliación por la participación española en la guerra de Irak. Esa misma semana, los electores expresaron su desconfianza hacia la tesis oficial eligiendo al socialista Zapatero, líder de la oposición. Con tenacidad, el PP siguió insistiendo en la tesis de Eta. Hace quince meses, cuando ya era abrumadora la evidencia del atentado islamista, José María Aznar repetía que «es más que posible» la participación de Eta. El veredicto debería cerrar el debate y promover acuerdos antiterroristas. Pero España está a pocos meses de elecciones, y seguramente el 11-M seguirá aleteando en la campaña.
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Redactor de El Tiempo.

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