El Comité Organizador del campeonato Mundial de fútbol de Alemania 2006 reaccionó ayer con indignación a un estudio que denunció la existencia de «graves deficiencias» en la seguridad de los estadios mundialistas. El estudio había sido presentado hace dos días por la fundación alemana de defensa del consumidor Warentest, que, sin dar a conocer el nombre de los estadios cuestionados, habló de que los déficits de seguridad pueden llegar a originar una situación de pánico con «consecuencias desastrosas».
Estadio de Kaiserslautern, uno de los cuatro que tienen deficiencias.
Los doce estadios donde se jugarán a partir del 9 de junio próximo los partidos del Mundial de fútbol de Alemania 2006 tienen carencias, pero cuatro de ellos adolecen en concreto de «notables deficiencias en seguridad», según un informe presentado en Berlín por la organización de defensa del consumidor «Stiftung Warenstest».
El estudio se centró sobre todo en evaluar los dispositivos para responder ante un eventual pánico, como el tamaño de las salidas de emergencia, la existencia o no de accesos hacia el interior del campo en caso de estampida, el tamaño de los peldaños en el aforo, su inclinación y los sistemas anti-incendios.
Los estadios de Berlín, Gelsenkirchen y Leipzig tienen defectos de construcción que en caso de que se produzca una situación de pánico pueden convertirse en una «trampa mortal», dice el informe. Al mismo tiempo, en el campo de Kaiserslautern los técnicos constataron graves deficiencias en el sistema contra incendios. En el caso de Berlín, por ejemplo, la evacuación se hace muy difícil porque el foso es especialmente profundo, el camino de salida de las gradas es demasiado largo y en los palcos apenas hay extintores contra incendios.
«Un estudio en 70 estadios en Bélgica, Italia, Portugal y España realizado ya en 1996 demostró que la mayoría de los estadios habían respondido a la necesidad de tener vomitorios. Por eso extraña aún más que tres estadios del Mundial, el de Berlín, el de Leipzig y el de Gelsenkirchen, carezcan totalmente de estas salidas de emergencia», señaló Hubertus Primus al presentar el test.
Los autores del estudio insistieron en que a la hora de evaluar la situación de los estadios se guiaron por índices fijados en los reglamentos nacionales, así como en la FIFA y la UEFA, y explicó que todas las inspecciones realizadas se hicieron con autorización y cooperación de los propios estadios y del comité organizador.
Como ejemplos positivos, Primus destacó los dispositivos de seguridad en los estadios de Múnich, Hannover, Nuremberg y Colonia, donde apenas se detectaron deficiencias. Con tarjetas amarillas han quedado los estadios de Hamburgo, Fráncfort, Stuttgart y Dortmund. Los expertos lamentan en su informe que la situación sea tan deplorable pese a que los costes de reforma o construcción de los estadios ascendieron nada menos que a 1.400 millones de euros.
Aún antes de conocerse los datos del estudio, el presidente del comité organizador alemán, Franz Beckenbauer, reaccionó con duras críticas a los autores. «Puede ser que la Stiftung Warentest sepa mucho de cremas faciales, aceites de oliva o aspiradores, y a eso deberían dedicarse», dijo el Kaiser en una entrevista con el diario «Bild» aparecida este martes.
Beckenbauer cree que el organismo únicamente busca hacerse publicidad y lo único que consigan, dijo, «es robarnos nuestro tiempo». Generalmente, la Stiftung Warentest es considerada un organismo altamente fiable y muy apreciado por los consumidores, lo que lleva a las empresas cuyos productos han salido bien parados en un test a utilizar el resultado como sello de calidad.
La organización, que ya había anunciado la semana pasada los resultados de sus investigaciones sin mencionar detalles, adelantó en una semana la presentación del informe a petición de los organizadores del Mundial.
Fuentes: El Mundo
Diario de Sevialla
Belt Ibérica, S.A.
10.01.06