Secuestrada por las FARC tuvo hijo de su captor

El periodista Jorge Enrique Botero relata cómo se enteró de noticia del hijo de Clara Rojas
La historia, que tiene conmocionado al país, es el eje central del libro ‘Ultimas noticias de la guerra’, que será lanzado este martes.
Botero anunció que tomó la decisión hace mucho tiempo de donar las regalías por venta de la obra a la fundación de familiares de policías y soldados secuestrados.
En diálogo con EL TIEMPO, relató nuevos detalles del nacimiento del bebé, cuya madre está en poder de las Farc desde hace cuatro años.
¿Cómo nació el libro?
En una confidencia o frase suelta que escuché de parte de uno de los comandantes guerrilleros de las Farc.
¿O sea que se encontró el tema para el libro?
Esa especie de gran noticia que recibí inesperadamente la mantuve viva como una obsesión durante un buen rato. Y arranqué con la historia desde ese mismo instante, porque el comandante guerrillero contó también lo que había dicho Manuel Marulanda cuando se enteró de la noticia. Sentí que ahí estaba el final de la historia.
¿En qué fecha sucedieron los hechos?
Estamos hablando de hace unos dos años largos y ya en ese momento había nacido el niño.
¿Luego de esos dos años, logró establecer cómo están el niño y Clara?
No. Logré llegar hasta el escenario del parto de ella que fue en condiciones muy extremas y después se interpusieron muchas cosas en el camino. Una de las razones por las cuales me tocó apelar a todo el conocimiento y el acumulado que tengo de mi trabajo de reportería para poder construir el libro fue porque se me cerraron totalmente las vías de acceso.
¿Por qué habla de condiciones extremas?
Porque así fue, porque fue a través de una cesárea y no existían las mejores condiciones médicas.
¿Sabe de su condición actual?
No, nunca. No tengo información de Clara ni del del niño.
¿Qué dice a quienes lo acusan de utilizar una situación muy personal para contarla en un libro?
Mi apreciación es que la guerra no es que esté mal narrada, sino que le falta una narrativa a esa guerra, que falta introducirle a toda esa información los seres humanos que están allí.
Ahora, pregunto a los que me hacen esa crítica, y traslado esa inquietud a mis colegas periodistas: si en medio de la cantidad de episodios de muerte que llegan de las noticias de la guerra, se encuentran con que ha llegado una noticia de vida proveniente del mismo lugar de donde siempre vienen las noticias de la muerte ¿qué harían?.
¿Usted se hizo esa pregunta?
Me la hice varias veces y consideré que tenía muchísimo más valor simbólico, y para los efectos de llegar a la sociedad colombiana, dar esa noticia que guardármela.
Es más me hice una tercera reflexión. Ellos van a salir, estoy seguro de eso, así haya sectores decididos a que eso no suceda. Y ella (Clara) va a estar muy seguramente con su hijo. Y cuando eso suceda, ¿esa noticia nadie la cubre porque es penetrar en la intimidad de una persona?
¿Tiene indicios de que saldrán pronto?
No, todos hemos sido testigos de las dificultades que ha habido para que las partes se pongan de acuerdo, pero para mí es como una intuición histórica. Mi capacidad de análisis me dice que es imposible que las partes sigan en ese estado de distanciamiento.
¿Qué cree que va pasar?
Siento que está concluyendo un periodo de confrontación abierta y de adjetivos, y que se aproxima la solución al problema de los secuestrados por una parte. Y por otra, estamos muy cerca de una especie de recta final hacia la solución del conflicto.
¿Este episodio tendrá alguna incidencia sobre el acuerdo humanitario?
No me aventuro a hacer pronósticos, pero diría que la llegada de este niño al mundo debería sensibilizar a las personas que tienen en sus manos la decisión de que los secuestrados regresen a sus casas.
¿Cómo le confirmó Reyes esta noticia?
Me lo confirmó verbal y físicamente, frente a mí, mirándome a los ojos. Y me anexó otros datos que yo no sabía.
¿Qué datos?
Por ejemplo, yo no sabía si era un niño o una niña.
¿Cómo cayó la noticia en el interior de la guerrilla?
Eso fue objeto de un debate porque era un episodio algo desconcertante en la rutina de ellos, y aparte de eso, tenían que tomar una decisión sobre cómo sancionar o castigar ese comportamiento.
¿Qué pasó con el padre?
Se le hizo un proceso basado en el precario reglamento de ellos.
¿Para Reyes, fue una buena o mala noticia?
Creo que fue una insólita noticia. Cuando me lo confirmó tenía un dejo de asombro en su expresión. No sé si porque no se imaginó que un periodista ya lo supiera o porque todavía estaba impactado con el hecho.
¿El padre está con Clara y el niño?
Supe que los separaron desde el embarazo.
¿Está vivo?
Bueno, si la guerra no ha dispuesto otra cosa, pero es una especulación a estas alturas decir si está vivo o no.
¿Se puede hablar de Síndrome de Estocolmo?
Para mí no. A mí me parece que es una especulación un poco aventurada.
¿Conoce detalles de esa relación?
Hay algunos elementos que desfilan por el libro y hay otros que hacen parte de los recursos a los que acudí para poder construir la historia.
¿Es esta una historia de amor?
Sí. Es una historia de vida, sobre todo. En mi opinión esta es una buena noticia.
¿La condición del niño es la de un secuestrado más?
No, para mí es la de un colombiano que ha nacido atónito en el lugar menos pensado y que quizá llegue a convertirse en una especie de gran símbolo en nuestro país.
¿Qué concluye de este episodio?
Mi conclusión es que quizá sea una contribución importante para cambiar la percepción sobre lo que acontece en el desconocidísimo mundo de la guerrilla. Y si algún propósito debe cumplir, más allá de ser un libro y un trabajo periodístico, ojalá sea el de agilizar y hacer más rápido que todos los colombianos, incluso los más escépticos, entiendan que va haber un acuerdo humanitario.
¿Qué cree que pasará con el niño?
Supongo que llegará con su madre, no creo que vaya a haber una disputa en los estrados judiciales por la patria potestad o le vayan a hacer un juicio de alimentos al papá.
¿Por qué tiene tanto acceso con las Farc?
No es que tenga tanto acceso. Soy un periodista que ha logrado penetrar más allá gracias a lo que considero un trabajo serio, equilibrado. No me he prestado para hacer de mi trabajo campañas propagandísticas basadas en los adjetivos, en la descalificación de los adversarios.
Es decir, no comparte la idea del gobierno Uribe de que las Farc son un grupo terrorista?
Ni remotamente, me parece que esa es una frase desafortunada, una calificación fuera de lugar.
La relación Gobierno-Farc, según Botero
«Llamar a las Farc terroristas hace parte de un intento de ganar la guerra apunta de adjetivos.
Me parece además una manera un tanto tonta e ingenua de enfrentar la guerra porque uno para enfrentar a un adversario, en el fútbol o en la guerra, lo primero que debe hacer es ocuparse de conocerlo, de saber su origen, las raíces históricas que motivan su actuación.
Acudir a los calificativos de las tiras cómicas, de que los fascinerosos saldrán de sus madrigueras, pues solo le falta al Presidente salir diciendo cáspita y recorcholis. Eso no sirve para buscar caminos, lo que hacemos es equivocarnos, equivocarnos y equivocarnos».
«No solo siento que hay un componente ideológico y político en las Farc, sino que estoy seguro y creo que es algo que ellos han ido construyendo durante estos 42 años .
Es algo perceptible cuando uno se mete en su mundo.
Hay una presencia constante de lo ideológico y lo político. Por momentos resulta hasta un poco aturdidor y reiterativo porque cualquier diálogo que uno intente establecer allí en ese universo termina derivando hacia la política y hacia lo ideológico.
Esa discusión es permanente y obsesiva pues los elementos ideológicos y políticos siempre están latentes dentro de las conversaciones.
‘‘Creo que es hora de que los colombianos nos pellizquemos sobre los seres humanos que están allá, que dejemos de verlos como una simple cifra estadística».
Jorge Enrique Botero, autor del libro ‘Últimas noticias de la guerra’.
Interrogantes sobre situación de Rojas y su hijo
¿Síndrome de Estocolmo? Si bien no se tiene noticia sobre la situación de hoy de Clara Rojas, el síndrome de Estocolmo se da cuando un secuestrado se cambia de bando y empieza a defender y a actuar con el grupo que lo secuestró. Según Jorge Enrique Botero, no hay razón para hablar de síndrome, sino de una historia de amor.
¿El niño está secuestrado? El periodista Botero no lo califica así. Pero el interrogante que surge es: ¿hasta qué punto las Farc le darían a Clara Rojas la libertad de enviar a su hijo, por ejemplo, para donde su abuela o también permitirle la libertad que ella quiere para él o la que el niño necesite por las circunstancias en las que se encuentra?
¿Y el acuerdo humanitario? Si bien Clara Rojas no es uno de los personajes con los cuales se hace mayor presión al Gobierno por parte de las Farc para que acceda a un intercambio humanitario, lo ocurrido con ella podría afectar en alguna medida este debate, por su calidad de madre con un hijo nacido en cautiverio.
Hermetismo. Este caso lo que demuestra es el gran hermetismo de las Farc, una de sus mayores fortalezas. Un hecho que sucedió hace más de dos años apenas se vendría a conocer ahora. Incluso el propio periodista Botero le dijo a EL TIEMPO que ahora es más dificil para él tener acceso a ellas.

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