Bush provoca protestas en Guatemala
Manifestantes quemaron ayer un monigote del Presidente estadounidense, en la capital guatemalteca.
El presidente estadounidense, George W. Bush, llegó ayer al Palacio Nacional de la Cultura, en el centro de la capital guatemalteca, para entrevistarse con su anfitrión, Óscar Berger, en medio de chiflidos e insultos de centenares de manifestantes.
“Bush, asesino”, gritaban de forma iracunda los manifestantes a unos 150 metros de distancia de la entrada al Palacio, cuando llegó la caravana que conducía al gobernante estadounidense.
El estricto control militar impidió a los manifestantes acercarse más a donde debía arribar Bush, pues las fuerzas de Seguridad colocaron muros de concreto y barreras metálicas de unos dos metros para impedir el paso.
Además, detrás de los muros estaban apostados cientos de militares antimotines, quienes estaban provistos de escudos, bastones y armas especiales para poder lanzar gases lacrimógenos.
Previo a la llegada de Bush a la cita con Berger hubo incidentes violentos cuando los manifestantes chocaron con la Policía.
Los manifestantes removieron algunas de las vallas de metal colocadas por las fuerzas de Seguridad para impedir el paso, e insultaron y provocaron a los agentes, que tuvieron que lanzar bombas lacrimógenas para dispersar al grupo que consideró como “un insulto” la visita de Bush.
Los manifestantes quemaron una bandera estadounidense, lanzaron cohetes de pólvora e insistieron en repudiar la presencia del Mandatario estadounidense, al que le recriminan la imposición de su política neoliberal, que ha provocado más pobreza en América Latina.
“El Tratado de Libre Comercio, merece nuestro desprecio”, gritaron los manifestantes, en referencia al acuerdo que entró en vigencia a mediados del 2006, luego de ser firmado por Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos.
Bush quiso dar un cariz humanitario a su visita al paupérrimo país centroamericano, de mayoría indígena, que ha rivalizado con la ‘contragira’ de su homólogo venezolano, Hugo Chávez.
La primera actividad de su agenda en Guatemala fue una visita a una escuela de la localidad de Santa Cruz de Balanya, en el departamento de Chimaltenango (oeste de la capital), convertida durante cinco días por el Ejército estadounidense en un ambulatorio de campaña donde intentan paliar los problemas de salud de la población indígena pobre.
Posteriormente, Bush y su colega guatemalteco destacaron ayer la importancia de los lazos entre ambos países, aunque reconocieron desacuerdos en asuntos como la política migratoria.
Ambos mandatarios se reunieron en Guatemala por espacio de una hora para tratar sobre cuestiones como la lucha contra el narcotráfico, la corrupción y la inmigración.
En unas breves declaraciones en la ceremonia de recepción a Bush en el Patio de la Paz del Palacio de la Cultura -escenario de la firma de los acuerdos de paz de 1996 que pusieron fin a 36 años de guerra civil-, Berger afirmó que ambos países “comparten los mismos valores, incluidos la democracia y la justicia social”.
No obstante, reconoció la existencia de desacuerdos, “por ejemplo en lo que se refiere a la política hacia los inmigrantes, y en particular aquellos que han sido deportados sin una justificación clara”. Se calcula que un 10 por ciento de guatemaltecos, 1,3 millones, viven en EE.UU. De ellos, un 60 por ciento son indocumentados.
Las remesas que estos inmigrantes envían a su país de origen son de gran importancia para la economía guatemalteca. Berger también indicó que Bush presentará una iniciativa regional para la lucha contra el narcotráfico en México y América Central, que incluirá la formación de agentes contra este tráfico y mayor cooperación para compartir datos de inteligencia.
Tras su visita de menos de 24 horas a Guatemala, Bush tenía previsto viajar anoche mismo a México, donde se reunirá con el presidente azteca, Felipe Calderón. Guatemala fue la penúltima fase de una gira que lo llevó también por Brasil, Uruguay y Colombia, y que concluirá en México.
