Mirar hacia atrás en seguridad ciudadana (12 al 18 de enero de 2009)

Mirar hacia atrás en seguridad ciudadana
En esta oportunidad me acerco a los lectores con la intención de poder mirar hacia atrás, y darnos cuenta de la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene en lo que vivimos a diario.
Cuando hablamos de la juventud perdida, miremos hacia atrás: niños en la escuela, padre trabajando, madre ocupándose de que todo esté en orden, etc. Miremos hoy a niños que no cursan sus estudios, jóvenes que no consiguen empleo, bebidas alcohólicas por doquier, drogas al alcance de la mano, entre otras actividades. Conclusión: juventud perdida, futuro perdido.
Cuando hablamos de abuelos, miremos hacia atrás: una institución dentro de la familia, nietos junto a ellos escuchando historias ricas en conocimiento. Miremos hoy a geriátricos o casas de abuelos llenas, los abuelos molestan, no son escuchados, no son atendidos por sus familias, y durante sus ultimos años sienten el desamparo y la soledad.
Cuando hablamos de diversión: juegos, plazas, veredas llenas de chicos, adolescentes, jóvenes charlando, familias que salían sin miedo. Miremos hoy a chicos cibernéticos, calles vacías, familias encerradas. Cuando hablemos de seguridad, miremos hacia atrás: casas sin rejas, ventanas y puertas abiertas, chicos jugando en las calles, bicicletas en las puertas, etc. Miremos hoy a casas enrejadas, nuevamente chicos cibernéticos, alarmas, garitas, vigilancia, miedo, terror de ser victima de algún delito y como frutilla de la torta, el agradecimiento de conservar la vida en caso de que hayamos sido victimas del delito.
Ante lo expuesto, la conclusión es que somos muy responsables de lo que nos está sucediendo. Es tan importante tomar conciencia de todas y cada una de las recomendaciones que a diario difundimos desde APROSEC. Si las tomáramos en cuenta, podríamos modificar alguno de estos temas.
El ciudadano propone cambios con su voto, con su queja, con su denuncia, con su carta, siempre respetuosamente, siempre dentro de los márgenes legales.
Propongamos cambios, acerquémonos a nuestro vecino, formemos cuadras solidarias, vecinos solidarios, sepamos quién vive enfrente, denunciemos el delito, comprometámonos a trabajar todos juntos por el bien común, no bajemos la cabeza porque a mí no me pasó. Existe el compromiso ciudadano.
Las calles deben ser de los ciudadanos de bien, no de los delincuentes. Si nos comprometemos, lo logramos.
Miriam Jáuregui
Representante de APROSEC – Argentina
aprosecargentina@hotmail.com
www.aprosec.net

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