Una modalidad delictiva ha cobrado auge en los grandes centros urbanosde Latinoamérica. Nació en México, seextendió por los países centroamericanos, y tras pasar por Colombia llegó aVenezuela y el resto de las naciones andinas. Se trata del llamado secuestro express.
Lo que distingue a ésta de las demás formas de secuestro es la rapidezde su desarrollo: la víctima es privadade su libertad, a menudo como consecuencia de su riqueza aparente (automóvilsuntuoso, joyas, etc.), y tras el pago de una cantidad relativamente baja esabandonada. El proceso, en total, nodebería exceder de un día.
Es difícil hablar con precisión de las estadísticas relacionadas coneste delito. Como no está previsto en los códigos, se esconde generalmente enel robo de vehículos. Los antisocialescargan con el conductor o propietario para asegurarse de que los sistemas dealarma no funcionarán.
Con el pasar del tiempo, la persona llegó a tener más importancia queel carro, y se transformó en el objetivo de los delincuentes. Ahora, no sólo despojan al ciudadano de sumedio de transporte, sino que también es llevado por la fuerza a los cajerosautomáticos (ATM), y obligada a vaciar sus cuentas. Esta es una de las razones por las que el sistema financieroimpuso un tope en el monto que se puede retirar de estos cajeros.
En otros casos, los familiares de la víctima son contactados para quecancelen cuanto antes cantidades acordes con su capacidad adquisitiva.
Es norma que las personas al margen de la ley pretendan obtener la mayorganancia con el menor esfuerzo posible. Escogen, por lo tanto, a quienes ven enuna situación de mayor vulnerabilidad: mujeres con hijos, jóvenes desprevenidos o personas que transitan sincompañía y con escasas precauciones. Siusted se ha sentido descrito por tales características, le conviene estar másalerta.
Según el
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