GONZALO GUILLEN/El Nuevo Herald
BOGOTA
La buena noticia es que a partir de mañana en las regiones colombianas de Catatumbo y Urabá entregarán pacíficamente las armas cerca de dos mil paramilitares de extrema derecha. La mala noticia es que muchos de los que se van a rendir serían simples delincuentes callejeros reclutados para ese fin por las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
La voz de alarma ha sido dada al gobierno de Alvaro Uribe por alcaldes de zonas azotadas por los paramilitares que dicen estar listos a entregarse y por el gobernador del departamento de Antioquia, Aníbal Gaviria.
»Los grupos de autodefensas (paramilitares) están reclutando personas en forma acelerada para aparecer en el momento de la desmovilización con un mayor número de efectivos», declaró a periodistas el gobernador Gaviria.
El Alto Comisionado de Paz de Uribe, Luis Carlos Restrepo no ha dicho a cambio de qué se producirá la entrega masiva de mañana y el propio Presidente se anticipó a rechazar la posibilidad de que los desmovilizados sean incorporados a las Fuerzas Armadas, de acuerdo con una propuesta de los propios jefes paramilitares.
Con la entrega anunciada se iniciaría un proceso que culminaría a finales del año venidero con la rendición de al menos 20 mil paramilitares, incluidos los narcotraficantes y combatientes que ejercen la jefatura de la organización y mantienen una mesa de diálogos con Uribe en una región desmilitarizada del norte de Colombia.
Fuentes de un organismo de inteligencia colombiano dijeron ayer a El Nuevo Herald que muchos de quienes entregarán las armas mañana, en efecto, son malandrines callejeros, principalmente de Medellín y sus alrededores.
Al menos 1,500 supuestos paramilitares se espera que se entreguen mañana en el sitio de La Gabarra, región de Catatumbo, próxima a la frontera con Venezuela.
Esa zona está infestada de cultivos de coca y de laboratorios de cocaína de las AUC.
Los demás, cerca de 500, se rendirán en la región bananera de Urabá, extremo sur del litoral caribe colombiano.
Las fuentes de inteligencia consultadas explicaron a el Nuevo Herald que los delincuentes reclutados para la entrega de mañana han recibido pagos de las AUC en dinero efectivo y la promesa de que van a ser protegidos y financiados por el Gobierno en programas de crédito para producción y vivienda.
Tales expectativas de créditos, sin embargo, no existen y aún no se sabe lo que el gobierno hará con los desmovilizados que depongan sus armas mañana.
La primera desmovilización de paramilitares durante la administración Uribe se produjo en noviembre de 2003, en Medellín, donde se pusieron a disposición de las autoridades 864 supuestos combatientes durante una ceremonia que se llevó a cabo en un estadio y fue transmitida en su totalidad por la televisión.
No obstante haber declarado un cese unilateral de hostilidades, los líderes paramilitares han ordenado no menos de 390 homicidios selectivos y 17 masacres durante el tiempo en que, con base en su promesa, no debieron haber cometido ni un solo acto de esa naturaleza.