JOHN RICE
Associated Press
MEXICO – El gobierno mexicano reaccionó enérgicamente el jueves a una recomendación emitida por el gobierno estadounidense a sus ciudadanos que piensan viajar a regiones fronterizas y advirtió que no admitirá juicios de gobiernos extranjeros sobre su forma de enfrentar problemas internos.
Esta recomendación generó una fricción inesperada con México, un vecino crucial para Estados Unidos, en momentos en que la flamante secretaria de Estado Condoleeza Rice y otros nuevos integrantes del gabinete del presidente George W. Bush están asumiendo sus cargos.
«El gobierno mexicano no admite juicio ni calificativos de ningún gobierno extranjero sobre las acciones de política que lleva a cabo para hacer frente a sus problemas», señaló la presidencia en un comunicado.
Añadió que el país «lamenta el signo de alarma que puede llegar a desatar la advertencia a la ciudadanía estadounidense con respecto a la inseguridad en nuestras fronteras» y subrayó que México y Estados Unidos comparten «tanto aciertos como errores» en todo lo que acontece en su frontera.
Entretanto en Washington, el Departamento de Estado dijo que un total de 27 estadounidenses fueron secuestrados en la región fronteriza al norte de México en los últimos seis meses y dos de ellos fueron asesinados.
El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, se refirió a esas cifras para defender la recomendación que se hizo a los estadounidenses sobre los riesgos de viajar a esa región.
El secretario de Gobernación Santiago Creel dijo horas antes que su colega norteamericano Tom Ridge no mencionó preocupación alguna al respecto durante una reunión realizada hace apenas una semana.
Los comentarios de las autoridades intensificaron una disputa con Washington acerca de la recomendación emitida el miércoles por el Departamento de Estado, en que se afirmó que el gobierno mexicano había perdido todo control sobre la violencia relacionada con el narcotráfico en el norte de México.
En una entrevista concedida a un programa televisivo matutino, Creel dijo que una carta enviada por el embajador de Estados Unidos en México, Tony Garza, expresaba preocupaciones legítimas, pero «fue demasiado lejos, sin duda». Y agregó que funcionarios de su gobierno se reunirían con sus colegas de Washington para condenarla.
«Claro que tenemos una relación de vecindad, de amistad, somos socios en un tratado de libre comercio. Pero hasta ahí, ¿eh? Del río Bravo para abajo, al sur, solamente nosotros», dijo Creel.
«¿Por qué no se me dijo nada hace una semana, cuando yo estuve en esta conferencia con el secretario de la Seguridad Interior? No me manifestó ninguna preocupación. Al contrario», Ridge encomió las medidas tomadas por México, añadió el secretario en una alusión a su reunión del 17 de enero en Calexico, California.
Los comentarios de Creel siguieron a quejas similares del canciller Luis Ernesto Derbez en un programa de la misma cadena televisa.
Derbez calificó durante esa entrevista la mañana del jueves de «exageradas y fuera de la realidad» las afirmaciones vertidas en la recomendación.
Más tarde, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México confirmó que había enviado una carta diplomática privada a Garza en la que le da la respuesta oficial de México.
De acuerdo con las normas diplomáticas, la carta no puede ser divulgada, indicaron los portavoces.
En tanto, la Secretaría de Turismo de México emitió un boletín de prensa en el que hizo énfasis que los destinos turísticos de México son seguros, y añadió que el gobierno de Estados Unidos «no está advirtiendo a los ciudadanos estadounidenses a no viajar a México», sino que simplemente les está aconsejando adoptar precauciones de «sentido común» en la frontera.
La carta de Garza, dirigida a Derbez y al procurador general Rafael Macedo de la Concha, expresaba preocupaciones de que la violencia relacionada con el narcotráfico y los secuestros del lado mexicano de la frontera pudieran «congelar» las relaciones comerciales y turísticas bilaterales.
La actividad criminal, incluyendo asesinatos y secuestros, ha aumentado en la región fronteriza a medida que los narcos combaten entre sí por el control de la zona.
«Los ciudadanos mexicanos deben estar conscientes del riesgo que plantea la deteriorada situación de seguridad», dijo el aviso del Departamento de Estado, que no llegó empero a instar a los ciudadanos estadounidenses a no viajar a México.
México ha enviado soldados y agentes de la policía federal a patrullar las calles de ciudades de la frontera, desde Matamoros hasta Nuevo Laredo y Reynosa, que comparte una frontera con Texas, a solicitud de las autoridades locales que desean ayuda en su lucha contra la violencia.