Barcelona, España. El mensaje para los «sin papeles debe ser claro: el que entra, sale», afirmó el ministro español del Interior, José Antonio Alonso, al diario El Periódico, tras afirmar que los ilegales serán «inmediatamente» expulsados.
El ministro español considera «muy importante» la expulsión hacia Marruecos, el jueves pasado, de 73 emigrantes africanos que habían logrado saltar las vallas metálicas que separan el norte marroquí de Melilla, enclave español en Africa, destacó AFP.
«Eso rompe el discurso de las mafias que manipulan a los inmigrantes ilegales y les demuestra que tanto sufrimiento no sirve para nada», añadió.
Esta repatriación de clandestinos hacia la ciudad de Tánger se realizó aplicando un acuerdo firmado en 1992 entre España y Marruecos que nunca fue aplicado.
Sobre el respeto de los derechos humanos de estos emigrantes ilegales en Marruecos, puesto en duda en los últimos días, Alonso respondió que «lo estamos tratando con Marruecos y creo que aquí la Unión Europea tiene que intervenir de una manera firme».
Tras afirmar que «lo que falla es la política internacional de ayuda a Africa», Alonso dijo que el problema de la inmigración clandestina «tiene una solución radical a largo plazo, el desarrollo de Africa».
«Entretanto, España debe guardar sus fronteras y hacer cumplir sus leyes. Nuestra política de inmigración es recibir sólo a los inmigrantes a los que podemos dar trabajo e integrar socialmente; el resto no puede entrar», concluyó.
La situación de los inmigrantes subsaharianos que cruzaron ilegalmente la frontera entre Marruecos y Melilla preocupa a organizaciones no gubernamentales y de defensa de los derechos humanos, que denuncian que estas personas son tratadas «como pollos, sin informarles de nada», como dijo José Palazón, director de una de estas ONG.
Unos 200 inmigrantes subsaharianos trasladados a Bou Arfa por las autoridades de Marruecos, tras ser detenidos en la ciudad de Nador, intentaron escapar por miedo a ser abandonados en el desierto.