La Policía española ha desarticulado una importante red de delincuencia organizada con la detención de 297 rumanos que se dedicaban principalmente a robos en domicilios, en una operación «sin precedentes», reveló hoy el ministro de Interior, José Antonio Alonso.
El ministro destacó, en una rueda de prensa tras clausurar la III Conferencia Internacional sobre la Financiación del Crimen, la colaboración entre las policías española y rumana para el éxito de la operación policial, la mayor contra una banda de delincuentes extranjeros desarrollada conjuntamente por dos países europeos.
De los detenidos, 283 han sido apresados en España, mientras que los otros 14 lo fueron en Rumania.
A los arrestados en la denominada «Operación Braila» se les acusa de delitos de robo con uso de la fuerza en domicilios, fraude con medios de pago, tráfico de estupefacientes, falsificación de documentos, delitos relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores y asociación ilícita.´
La red operaba en las provincias españolas de Valencia, Almería, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Castellón, Palma de Mallorca, Madrid, Santander, Málaga y Toledo.
Según Alonso, los detenidos integraban «grupos mafiosos», que configuraban una red interconectada, cuyo «cerebro», identificado como Iorgu I., alias «Talanu», dirigía los grupos que operaban en España y contaba con varios lugartenientes que controlaban todas las actividades delictivas.
Alguno de los integrantes y responsables de la organización cumplían condenas en prisiones españolas, según fuentes policiales.
En la operación se han efectuado numerosos registros domiciliarios en ambos países, en los que se han intervenido ordenadores y material informático para la lectura y falsificación de tarjetas de crédito.
Además, la policía se ha incautado de importantes cantidades de dinero, documentos, cámaras de vídeo, armas y cuatro kilos y medio en joyas de oro, entre otros efectos.
Los integrantes de la banda se habían especializado en la falsificación de tarjetas de crédito, lo que les permitía llevar a cabo fraudulentamente compras de artículos en diferentes establecimientos de España o la extracción de dinero en efectivo en cajeros automáticos de oficinas bancarias.
Las investigaciones se iniciaron en septiembre de 2005 a raíz de las informaciones facilitadas por la embajada de Rumania en España sobre un grupo de delincuentes que se dedicaba al robo de camiones.
Así, se descubrió la existencia de una organización criminal, de carácter mafioso, con ramificaciones en el resto de Europa y cuyos principales dirigentes eran buscados en distintos países.
El director general de la Policía rumana, Dan Valentín Fatuloiu, se desplazó a Madrid para asistir al despliegue del operativo y se reunió el pasado miércoles con su colega español, Víctor García Hidalgo.
Alonso anunció hoy que a finales de mes se reunirá con su colega rumano para cerrar varios acuerdos, como la creación de «grupos conjuntos de investigación».