Un atentado con coche bomba causó al menos 9 muertos y 43 heridos en Bagdad
Al menos nueve iraquíes, dos de ellos policías, murieron y otras 43 personas resultaron heridas en un atentado con coche bomba perpetrado el miércoles en el centro de Bagdad durante una visita a la capital del primer ministro británico Gordon Brown, según el ejército estadounidense.
Herido en la cara y en una mano, el comandante Mehdi Hamid Jalaf, director de administración de la policía de tráfico, declaró a la AFP que uno de sus colegas, un capitán que se ocupa de la contabilidad, perdió la vida y otros dos 12 agentes sufrieron lesiones.
El ejército estadounidense baraja otro saldo de la explosión: dos policías y siete civiles muertos y 18 agentes y 25 civiles heridos.
Tres edificios de este barrio residencial de Al Mustansiriya están ocupados por la policía a cargo del cobro de las multas y del depósito de coches, motivo por el cual es un lugar muy concurrido.
«Primero hubo una detonación de una pequeña bomba que no causó víctimas pero hizo que los transeúntes se dirigieran hacia un coche estacionado un poco más lejos. Al cabo de unos minutos estalló», aseguró el comandante Jalaf. Las explosiones tuvieron lugar en torno a las 11H15 (08H15 GMT).
«Éramos el blanco de este acto terrorista porque combatimos sin pausa las actividades ilegales y a los terroristas no les gusta», aseguró el comandante Jalaf.
Una portavoz del ejército estadounidense, consultada por la AFP, había dado anteriormente un balance de ocho civiles muertos y 43 heridos.
Un periodista de la AFP vio tres escaparates destrozados y grandes charcos de sangre sobre la calzada, cubierta asimismo por vidrios y trozos de coches reventados.
Los habitantes estaban furiosos porque estiman que las fuerzas de seguridad no son lo suficientemente precavidas.
«Mi casa quedó destruida por la negligencia de la policía. No han levantado ninguna barrera de seguridad y nunca han prohibido el estacionamiento de los coches a pesar de nuestras advertencias», se quejó Adnan Mohammad, de 25 años.
«Intentamos impedir que la gente aparque porque vienen decenas de personas cada día; habría que trasladar este departamento de la policía a las afueras del barrio residencial», añadió Sami Mustafá, un panadero.