En el marco del XVIII Congreso de jefes de organismos encargados de combatir el tráfico ilícito de drogas en Latinoamérica y el Caribe (HONLEA), el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, propuso legalizar el tráfico ilícito de drogas. En dicho evento participaron 44 organizaciones de lucha contra el narcotráfico, sociedad civil, y embajadores de ese país.
Durante su discurso de inauguración, Zelaya recalcó que «el tráfico de armas, drogas y personas (…) son flagelos internacionales con entramados económicos muy fuertes y nos impiden darles respuestas efectivas y precisas como pudiéramos hacerlo en un estado normal de legalidad, que es lo que nosotros proponemos para esta situación de ilegalidad del tráfico de drogas».
Esta reunión fue auspiciada por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (ONUDC). Los participantes del encuentro analizaron las tendencias del tráfico de drogas a nivel regional y evaluaron medidas efectivas para fortalecer la cooperación internacional en materia de investigaciones, capacitación, intercambio de información y experiencias.
El Primer Mandatario hondureño también argumentó que «en vez de estar persiguiendo y matando narcotraficantes podemos invertir esos recursos en educación, en formación para que el consumo y el vicio sean controlados en esa sociedad». La pregunta que nos hacemos es: ¿podría ser una solución legalizar el uso de drogas? Saque Usted mismo sus propias conclusiones.
Lo cierto es que el Presidente Zelaya no ha sido el único en tocar este polémico tema. Hace unos días, el presidente mexicano Felipe Calderón, propuso al Senado la despenalización del consumo personal de drogas. Asimismo, envió una propuesta para reformar la Ley General de Salud, así como el Código Penal Federal y el de Procedimientos Penales. Recordemos que en el año 2004, el ex mandatario mexicano también propuso modificar estas leyes, al tiempo que Estados Unidos se opuso a dicha medida.
En la propuesta de Fox se imponía cárcel de 4 a 8 años y de 200 a 400 días de multas a quien comerciara o suministrara narcóticos en dosis individuales. Sin embargo, el presidente Calderón luego aclaró que la propuesta enviada al Senado no pretendía despenalizar el consumo de drogas, sino más bien establecer criterios objetivos para definir el delito del narcotráfico.
También subrayó que la idea no era perseguir a los delincuentes, sino prevenir el delito. «Se debe distinguir en la ley entre los criminales que envenenan a los jóvenes y a los niños, y entre quienes sólo son víctimas y padecen una enfermedad o adicción que debe ser tratada como tal, más que como un problema criminal», refirió.
Mientras tanto, hay quienes se han promulgado en contra de esta medida de legalización. Un grupo de diputados del Congreso Nacional de Honduras, a propósito de las declaraciones del presidente de ese país, alegó que esto significaría estar a favor de los narcotraficantes. De esta forma, rechazaron «cualquier iniciativa» encaminada a la legalización de las drogas, tal como ha ocurrido en otros países.
«Es inoportuna una propuesta de esta naturaleza. Es un disparate», dijo el diputado nacionalista, Mario Barahona, miembro del Ministerio Mi Viña, el cual trabaja en la recuperación de adolescentes afectados por este delito.