Las autoridades de Nueva Orleans informaron que tres personas murieron y una está gravemente enferma, luego de contraer infecciones desde el agua contaminada que está en la ciudad tras el paso del huracán Katrina.
Un funcionario del Servicio de Salud Público estadounidense, el contraalmirante Craig Van der Wagon, insistió en que las personas que aún permanecen en la ciudad, deben abandonarla inmediatamente.
La Agencia de Protección Ambiental advirtió que el agua de las inundaciones en Nueva Orleans contiene niveles peligrosos de bacterias y metales que pueden afectar gravemente la salud humana, incluso con riesgo de muerte.
Previamente, el alcalde de la ciudad autorizó a la policía para que desalojara por la fuerza a las personas que se negaban a dejar sus hogares.
Sin embargo, la policía dijo que implementará la medida como uno de los últimos recursos.
En busca de sobrevivientes
Algunos de los habitantes esperan ser evacuados, mientras otros se resisten a dejar su hogar.
El enviado especial de la BBC a Nueva Orleans, Javier Aparisi, informó que grupos de voluntarios intentan rescatar a la gente que está atrapada por la crecida del agua, tras la ruptura de los diques de la ciudad.
Durante su recorrido por la zona, Aparisi conversó con algunos de los socorristas que han llegado desde Kentucky, Tennesee y otros estados.
El sargento Walker, de la Policía Estatal del estado de Washington, le dijo que muchos están trabajando a oscuras y sin ningún tipo de coordinación con las autoridades federales.
«Hay posibilidad de cólera, disentería, deshidratación. Estamos enviando la gente a los hospitales locales», dijo Walker.
«Nos enfrentamos a un problema de contaminación biológica», precisó.
Scott Gode, miembro de un equipo de rescate de Texas, dijo que mucha gente no quiere dejar sus casas.
«Tratamos de convencerlos, pero no fue posible. Les dejamos agua, comida, y nos fuimos».
Y es que pese a la falta de luz, agua y alimentos, los residentes de Nueva Orleans tienen motivos para quedarse.
«Tienen miedo de que ladrones se metan en sus casas y les roben todo lo que tienen», dijo Jimmy Martínez, otro miembro del equipo.
Peligrosa tarea para socorristas
Javier Aparisi
Enviado Especial de la BBC a Nueva Orleans
La evacuación es ahora obligatoria en Nueva Orleans.
Por la mañana, el sol brilla sobre las aguas negras que bañan las zonas inundadas de Nueva Orleans.
Sobre una rampa de acceso a la carretera se van enfilando los ocho barcos del grupo de limpieza de derrames petroleros del estado de Texas.
Minutos más tarde llegan barcos de hélice convencional y lanchas de aire que se deslizan como si fueran aviones sobre el agua.
Estos voluntarios provienen de Kentucky, Tennesee y otros estados y su objetivo es salir a buscar gente atrapada por la crecida del agua tras la rotura de los diques de la ciudad.
«Hemos tenido varias personas que necesitaron de atención médica. Hay posibilidad de cólera, disentería, deshidratación. Los tratamos y los enviamos a los hospitales locales», señaló el sargento Walker de la policía estatal del estado de Washington.
No pienso tocar nada que se vea extraño
Sargento Walker, policía de Washington
Walker está coordinando el trabajo entre los voluntarios de otros estados. Muchos se han quejado que están trabajando a oscuras, sin ningún tipo de enlace con las autoridades federales. Los peligros del trabajo de los socorristas abundan.
«No pienso tocar nada que se vea extraño. Ya se hizo un pedido para 5.000 trajes Tybex (trajes a prueba de contaminación). Cuando baje el agua van a tener que entrar a la zona que estuvo inundada con esos trajes», afirma Walker.
«Esto nos va a retrasar. Pero es necesario para que podamos protegernos. Nos enfrentamos a un problema con contaminación biológica», agregó.
No se quieren ir
A media tarde ingresa uno de los barcos. A bordo se encuentra una señora de 80 años de edad, que rápidamente ingresa a una ambulancia y es llevada a un hospital.
Todavía hay gente que sigue en sus casas, pero muchos no quieren irse
Scott Gode, socorrista de Texas
Esta señora estuvo sola en su casa inundada por más de una semana. «Todavía hay gente que sigue en sus casas, pero muchos no quieren irse. Tratamos de convencerlos, pero no fue posible. Les dejamos comida y agua y nos fuimos», señaló a la BBC Scott Gode, miembro de un equipo de rescatadores de Texas.
Los residentes de Nueva Orleans tienen motivos para quedarse, pese a la falta de luz, agua y alimentos.
«Tienen miedo que la gente mala se meta en las casas y les quiten todo lo que tienen. Si no se quieren ir, no los podemos poner en el barco», dice otro miembro del equipo, Jimmy Martínez.
El trabajo de los rescatadores es imprevisible. Al final de la tarde, luego de haber atracado sus barcos, les llegó un nuevo pedido de auxilio por radio.
La inundación de la ciudad podría durar meses.
«Vamos a ir ahorita a agarrar gente que se quedó en una escuela», explicó Martínez mientras se comunicaba por radio con sus colegas que seguían en las lanchas.
Aproximadamente 20 personas se encontraban en esa escuela.
El alcalde de Nueva Orleans, Ray Naguin, emitió el martes una orden de evacuación obligatoria. Sin embargo todavía queda por verse si será acatada por estas personas que se han resistido a abandonar sus casas desde hace más de una semana.